Trabajo en equipo: Desde un enfoque distinto

miércoles, 26 de enero de 2011




Actualmente en el mundo se ha desarrollado fuertemente el concepto de trabajo en equipo, siendo en ocasiones un requisito fundamental para casi todas las empresas e instituciones, especialmente en aquellas organizaciones donde el número de integrantes es un principio básico, y por ende se requiere de la participación de todas las partes consiguiendo así una sinergia otorgada por los mismos individuos.
En las últimas décadas se ha hecho recurrente hablar sobre equipos multidisciplinarios, equipos de alto desempeño, y de equipos autogestionados como si se estuviera hablando de algún objeto con la más alta tecnología, sin embargo, muchas veces caemos en un error, pues verdaderamente “equipo”, es la propia persona quien desarrolla y trabaja en función de la organización, sistematización, coordinación, autogestión, aptitud entre otras. ¿Qué quiere decir esto? Pues bien lo que se esta tratando de dar a entender es que el trabajo en equipo no es asunto de muchos, pertenece únicamente a la persona.
Existen personas experimentadas como también inexpertas, sin embargo presentan un mismo punto en común, concluyendo que el trabajo en equipo es visto como una herramienta la cual puede ser introducida en una empresa, organización y/o departamento por medio de charlas, talleres, capacitaciones, cursos o como se le quiera llamar. Existen otras personas que afirman a gritos que el trabajo en equipo debe ser una exigencia, un requisito fundamental del siglo XXI.
Sin embargo, la propia experiencia va entregando respuestas señalando que el trabajo en equipo, más que una herramienta, es una aptitud. Es la disposición que presenta la persona para consigo mismo y su entorno.
Hay quienes decretan que el trabajo en equipo es una obligación, como si sus empleados fuesen máquinas a las cuales se les introducen chips y deben trabajar como robots, incurriendo en un error ya que desde ningún punto de vista el trabajo en equipo debe ser considerado una exigencia u obligación, puesto que de presentarse esta característica sólo se obtendrán malos resultados y rechazo absoluto.
Como bien se menciona precedentemente, el trabajo en equipo es una aptitud que no todas las personas poseen, y no por eso son menos competentes o ejecutan deficientemente sus labores, pues el trabajo en equipo es la aptitud que tiene la propia persona, si bien es cierto, no todos logran desarrollar aquella capacidad. Sin embargo, no por eso se debe descartar a aquellos que no logran desarrollar esta competencia.
El trabajo en equipo, se relaciona mucho más al concepto de “equipos de trabajo”. Definido como:
El resultado del conjunto de personas que poseen características similares, que al momento de alinearse generan sinergia y su vez van agregando valor, sin embargo, no es una exigencia como tal, pues aquello puede existir sin el idílico sentido que se le suele otorgar al concepto de equipo, ahora viene cierto que el todo es más que la suma de las partes, obteniendo resultados exitosos y superando en gran medidas todas las expectativas.
En cambio, el trabajo en equipo es una manifestación espontánea caracterizándose más con la empatía, conexión emocional y el enfoque que le brinden los integrantes, más allá de elementos de índole formal o administrativos.
Por último, cabe señalar que si la persona posee la aptitud para el trabajo en equipo, se concretan los resultados imprimiéndoles esa energía que se requiere para destacar y alcanzar los objetivos deseados. De no ser así, el trabajo se logra llevar a cabo, pero a cambio de reiteradas frustraciones, malos entendidos y costos económicos entre otros.
El estado somos todos, pero cuando se intenta trabajar con sinergia y agregando valor, predomina la aptitud.

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